El que me conoce sabe que adoro a los animalitos, casi que todos me gustan, algunos no mucho o nada, como la ratas o insectos como las cuquis..., pero no les deseo nada malo, y mucho menos vendría de mi mano.
El caso es que esta mañana, viendo el telediario, ha salido una noticia que me ha emocionado.
Un par de perros vagabundos, abandonados casi con toda seguridad, iban por la autopista cuando uno de ellos es arrollado por un vehículo, seguramente del propio golpe ya estaría muerto; la noticia era que su compañero perruno, se había puesto el mundo por montera y, ni corto ni perezoso, ha sacado toda su valentía y coraje para sacar a su compañero de tan mala situación, o sea, lo ha llevado, con el hocico y arrastrándolo, hasta el arcén para ponerlo a salvo, y todo, arriesgando su propia vida, aunque esto seguramente no lo sabría el animalito, pero el instinto y el miedo, lo sentiría seguro.
Kika & Lula
Pues buscando ese vídeo en youtube, he encontrado otros ejemplos, y me ha venido a la memoria, casos de perros que han salvado a su familia de intoxicarse por una mala combustión de la caldera, otro que recuerdo que esperó a su dueño enfermo durante más de un mes a las puertas de un hospital, aquí en Valencia, pero su amo nunca salío, y al final murió esperando, quizá de pena; de gatos y perros perdidos o incluso abandonados a kilómetros de distancia, y que han sabido volver, sanos y salvos, por amor a su hogar, pero también de otras especies más fieras, como el león perdido y encontrado por una mujer de cachorro, a la que recuerda y colma de besos, y este otro león que tras haber pasado su periodo de cachorro con seres humanos, se reencuentra con ellos de adulto, y no ha olvidado el amor que le unía a ellos. Es impresionante.
Son animales, y son irracionales, pero hay veces que dan unos ejemplos, que a más de un ser humano, no le vendría nada mal aplicarse...
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Veo que los perritos te tocaron la fibra sensible, Perse :)
ResponderEliminarMe permito añadir otro ejemplo al hilo de tus palabras, que comparto plenamente: esta historia la oi en la radio hace unos años, en "La Rosa de los Vientos", de mi malogrado Juan Antonio Cebrian (qepd, volveremos y seremos mejillones, fuerza y honor!!):
Se trata de un señor que, como otros muchos, tenía un perro como animal de compañía. Un pastor alemán. Un día, lamentablemente, el hombre falleció. Lo enterraron en el cementerio. Muchos quisieron hacerse cargo del animal, pero el cánido siempre se las apañaba para escaparse.
¿Para ir a donde?
Iba al cementerio, y se sentaba justo al lado de la fría lápida bajo la que descansaba eternamente su dueño.
Un buen día, el perro no acudió a su fiel cita. Simplemente desapareció. Nunca regresó a aquel lugar.
Sin embargo, hay quien asegura ver su silueta entre la neblina, recortándose oscura y apacible contra el cielo gris, las orejas enhiestas ante cualquier ruido que presagie...
...la vuelta de su amo, el calor de su mano.
:)
Qué bella historia, Rubén, la verdad es que sí me conmueve, y a veces me hace pensar si no son mejores que nosostros. Para mi, niños y animales, conservan su pureza, cosa que el ser humano adulto en muchas ocasiones, no sabe o no quiere mantener. Conozco muchas historias, historias complicadas, de personas que gracias a su mascota, principalmente, perros, han salido de agujeros muy grandes, porque éstos tienen la capacidad de amar incondicionalmente, y eso al ser humano le parece tan extraño, que lo compensa salvándose. Para mi la lealtadad es un valor escaso, aunque aquel que cuidad de un animal, es recompensado con el cuidado de éste, y además puede estar seguro de que es de verdad, de "corazón".
ResponderEliminarSí, ví esas imágenes en el telediario el otro día, y eso en los seres humanos se ve más a menudo en las pelis de ficción que otra cosa verdad? Son perrunos actos heróicos.Pa que luego la gente dude de la lealtad y valentía de los animales eh?
ResponderEliminarLlama la atención que saliese en la tele eh?
La lealtad es para mí uno de los sentimientos que más debería adjetivar a una persona. Es básico para mí, y parece mentira que tengan que ser animales los que nos recuerden lo que es el amor incondicional hacia un compañero de fatigas.
ResponderEliminarAprendamos del ejemplo.
Impresiona eh Mery? el perrito, que se supone no piensa, sólo piensa en salvar a su amigo.
ResponderEliminarGracias a Dios Kent, también hay humanos que son leales, aunque verlo en un animal, es cuanto menos, admirable.