¿Por qué mentimos? Porque todos lo hacemos alguna vez, la diferencia es en cómo y a qué nivel lo hacemos, con qué frecuencia usamos las mentiras y la finalidad de éstas.
Alguien dijo una vez: "con una mentira se puede llegar muy lejos, pero sin esperanza de volver". Qué gran verdad, pues hay mentiras que se convierten en verdaderos dramas de los que difícilmente se sale si no se acepta que llegado el momento, decir la verdad puede tener consecuencias graves, pero no tanto como las de la propia mentira.

Yo creo que estos comportamientos los causan sentimientos subyacentes como falta de autoestima, envidia, rabia o frustración y, paradójicamente, se da en personas de fina inteligencia y acusado narcisismo. Una persona segura de sí misma, con la autoestima a un nivel razonable, no necesita urdir planes a base de mentiras. La cuestión es que estas personas empiezan con una mentirijilla y para justificarla, no les queda otro remedio que seguir mintiendo, pues es el cuello lo que está en juego y admitir que te han pillado, no mola mucho. O como cuando te metes en un lío sin querer, como le puede pasar a cualquiera y, del que para salir, no se considera ni de lejos asumir la responsabilidad de los propios actos. Obviamente hablo de casos extremos que, en cualquier caso, podrían darse empezando con un pequeño engaño que acaba yéndose de las manos.
Con todo esto quiero decir que en la vida cotidiana es normal que se mienta, ¿pero de qué de manera estas mentiras no causan un daño grave? Pues podría ser cuando no acaba convirtiéndose en un modo de vida, cuando no se necesita mentir para conseguir tus objetivos, cuando estas mentiras se pronuncian para reducir el dolor de la verdad omitiendo ciertos datos, por ejemplo; pero todos sabemos que la verdad puede ser dolorosa aunque aceptable, sin embargo la mentira es cruel y despiadada, y lo peor es que al final, todo acaba sabiéndose, y es que la mentira tiene las patitas muy cortas.
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