Independientemente de todo lo demás, hoy, el mayor de los miedos de cualquier persona es perder el trabajo; trabajo que quizás es posible que incluso hasta nos disgustara, pero que con los tiempos que corren, hasta en el peor de los casos, podría ser hasta el mejor trabajo que hemos tenido nunca, simplemente porque todavía lo conservamos. El temor por cosas como la salud, el amor, incluso el terrorismo, pasan a ser secundarios, y eso que sin trabajo no hay mucho que hacer con todo lo demás ... siempre nos queda el amor o tenemos la salud, pero no son ya grandes consuelos, la verdad...
Quién no conoce a alguien que haya sido tirado a la puta calle por la puta crisis? (perdonen el vocabulario) Y eso no es lo peor, lo peor es que no sabemos si encontrarán algún trabajo en tiempo record, y lo que es aún peor, es que no te puedes ni compadecer, porque tú, puedes ser el próximo.
Ayer, mientras leía el dominical en el bar donde desayuno todos los domingos, me di cuenta de que hasta el momento, yo, personalmente, no estaba en exceso preocupada, incluso, veía en la posibilidad de ir al paro un montón de oportunidades que ahora mismo, trabajar, no me permite; pero mientras leía las historias de unas cuantas personas que habían perdido su puesto alrededor del mundo, sentí un escalofrío que me bajó de las nubes en las que llevo acomodada un par de semanas, por motivos muy diferentes, y de repente me dí cuenta de que a mi también me podría pasar, y todo aquello en lo que había pensado, como retomar estudios, ampliar conocimientos mientras intentas buscar y mejorar el antiguo empleo ya no es la gran oportunidad de estar desempleada, y es que, ni sería fácil volver a incorporarse a la vida laboral, y además, cada vez se consumen más recursos para poder pagar a todos los parados, lo que me hace preguntarme, si un día, no muy lejano, se podrá cobrar el subsidio, que aunque sea poco en la mayoría de los casos, nada es menos aún, ni hay atisbos de que esto vaya a cambiar en mucho tiempo...
En fin, pienso en si los soplos de aire fresco que vienen desde EE.UU. de la mano de Obama, ¿serán suficiente para contagiar su optimismo por el resto del mundo y empezar a mover el mercado y el dinero? o ¿seremos los europeos, especialemente los españoles, capaces de salir de este hoyo? ¿será este gobierno inútil, capaz de poner algo de orden en la situación? ¿Y qué pasará con la cantidad de niños que acaban o están a punto de nacer? niños españoles, que desde mi punto de vista, son la consecuencia de la apertura de puertas de Zp, que hizo de miles de extranjeros españoles de derecho, y que ha creado un sentimiento entre las españolas de querer procrear, a toda costa, niños autóctonos y por los que nos hemos comprometido a pagar un montón de ayudas, con las que yo estoy totalmente de acuerdo deben percibir, pero que también acabarán por consumir los, ya de por sí, debilitados recursos del país. ¿Habrá alguna fórmula real para reactivar el mercado español para que no acabemos siendo casi tantos trabajadores en activo como funcionarios?
Desde luego la situación produce temor, incluso ha llegado a un corazón duro como el mío, en el que el ámbito laboral siempre ha estado tan claro, haciéndome dudar en si no seré yo otra víctima más de este momento tan catastrófico por el que pasamos, sin tener oportunidad de solucionarlo por mi misma, porque en los tiempos que corren, no dependerá sólo de mi.
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